Queloides y tatuajes

El principal motivo que impulsa a cada vez más personas a hacerse tatuajes es de carácter estético: para decorar el cuerpo, o para perfeccionar puntos concretos del rostro, como la forma de los labios o el arco de las cejas. En este segundo caso, hablamos más propiamente de maquillaje permanente, pero el procedimiento para su obtención es básicamente el mismo que el del tatuaje clásico y consiste en introducir tinta en la piel (dermis papilar y reticular), donde permanece prácticamente inalterable durante décadas.

La realización de cualquier tatuaje, por lo tanto, implica una superficie de piel más o menos extensa según el tamaño y las características del diseño, que luego requiere de 2 a 4 semanas para restaurar una piel tersa e hidratada, permanentemente coloreada.

La técnica del tatuaje está ampliamente probada y, en la mayoría de los casos, los resultados obtenidos están en línea con las expectativas de quienes confían en el tatuador o tatuadora. A veces, sin embargo, pueden surgir problemas después de realizar el tatuaje que frustran los objetivos de embellecimiento deseados. Uno de los inconvenientes más desagradables y de difícil solución se refiere a la formación de cicatrices hipertróficas o queloides 1, ya sea por un proceso de absorción del tatuaje demasiado "vivo" y desordenado o como secuela de otras posibles complicaciones post tatuaje, como una infección o una lesión grave que requiere la consulta del médico o dermatólogo.

¿Es posible ayudar a prevenir eficazmente las cicatrices hipertróficas y los queloides de los tatuajes? ¿Existen soluciones útiles para eliminar estos defectos de la piel de forma segura o para conseguir una reducción del grosor y del desagradable impacto visual? Averigüémoslo juntos.

Queloide: qué es

Un queloide o “formación queloide” consiste en una zona de piel hipertrófica, en relieve con respecto a la superficie cutánea circundante, asumiendo una forma y tamaño variable con respecto al diseño del que proceden. Precisamente estas últimas características permiten distinguir una cicatriz queloide de una hipertrófica, una formación también en relieve pero que reproduce de forma más fiel el trazo original.

Cómo reconocer un queloide

Los queloides surgen con mayor frecuencia en el tórax, los hombros y la parte superior de los brazos: todas las zonas donde la piel está más "rígida" (debido al mayor espesor y mayor presencia de colágeno) y sometida a fuerzas de tracción relacionadas con la actividad muscular. En cambio, son menos frecuentes donde la piel es fina, elástica y "en reposo", como la de las ingles, la cara o el interior de los muslos. Por otro lado, estas áreas más sensibles aún pueden verse afectadas por cicatrices hipertróficas permanentes.

Mientras que las cicatrices hipertróficas se forman inmediatamente después de que una herida ha sanado y tienden a ralentizar su crecimiento con el tiempo, a veces incluso retroceden parcialmente en unos pocos años, los queloides pueden desarrollarse incluso varios meses después de la incisión en la piel y luego continuar aumentando gradualmente de tamaño.

Queloides y tatuajes: ¿cómo se relacionan?

En general, la formación de queloides después de un tatuaje es un evento raro, sin embargo, la posibilidad de que ocurra un crecimiento excesivo y desordenado de la piel no se puede excluir por completo. La tendencia a desarrollar queloides y cicatrices hipertróficas tiene un componente genético y puede ser mayor en algunas etapas de la vida, como la adolescencia y el embarazo, quizás por motivos hormonales.

También las personas con piel ambarina u oscura, caracterizadas por una tendencia conocida a desarrollar cicatrices hipertróficas y queloides. Quienes, independientemente de su origen étnico, ya hayan desarrollado cicatrices gruesas y notorias después de una lesión accidental o quirúrgica, a veces incluso después de una cirugía estética, también tienen más probabilidades de desarrollar queloides después de tatuarse y deben considerar este riesgo con cuidado.

También tienen mayor riesgo aquellas personas predispuestas a las alergias cutáneas como la dermatitis alérgica de contacto, o aquellas con patologías dermatológicas que pueden favorecer la infección posterior al tatuaje o una reactividad inmunológica anómala que puede interferir en la restauración eficaz de la piel.

Queloides y tatuajes: posibles soluciones

El primer aspecto a tener en cuenta en relación con las cicatrices queloides e hipertróficas asociadas a los tatuajes se refiere a la prevención, ya que, una vez desarrollados, es difícil que el tejido cicatricial retroceda por completo y el resultado estético a nivel del tatuaje tras los tratamientos de restauración puede no ser excelente.

Desde este punto de vista, se debe prestar atención principalmente a cómo cuidar la zona del tatuaje en las 2-4 semanas siguientes a su realización, para favorecer el proceso natural de regeneración de la piel

En particular, para cuidar el tatuaje es necesario seguir las prácticas y consejos de tu tatuador o tatuadora:

  • Lavar la zona tatuada con un gel neutro como Bepanthol® Tattoo Gel Limpiador y secar suavemente el tatuaje una vez al día, luego aplicar una crema hidratante y emoliente, como Bepanthol® Cuidado de la piel, que, gracias a su fórmula con pantenol, hidrata la piel y crea un aspecto natural y una capa protectora transpirable.
  • Aplicar la pomada de cuidado intensivo Bepanthol® Tattoo 4 veces al día para mantener la epidermis bien hidratada y suave.
  • Proteger la zona tatuada del polvo y del sol, cubriendo con ropa suave y holgada y aplicando protector solar de muy alta protección o pantalla total en el caso de tatuajes en las zonas expuestas como Bepanthol® Tattoo Crema Solar Protectora.
  • Durante 2-4 semanas, evitar las duchas y baños calientes o prolongados, nadar en el mar o en la piscina, saunas y actividades deportivas que expongan el área tatuada al riesgo de traumatismo.

Si a pesar de estas precauciones se observa la formación de queloides o cicatrices hipertróficas en la zona tatuada, es necesaria una consulta dermatológica para una indicación de los tratamientos más adecuados.

Referencias

1 Ogawa R. Keloid and Hypertrophic Scars Are the Result of Chronic Inflammation in the Reticular Dermis. Int J Mol Sci 2017;18(3):606

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