Las cicatrices —ya sean causadas por un corte en la cocina como por una operación— son el testimonio de nuestro recorrido por la vida y, a menudo, despiertan recuerdos buenos y malos. En Bepanthol® entendemos que a muchas personas sus cicatrices les parezcan poco estéticas o emocionalmente perturbadoras y, por eso, hemos dedicado muchos años a investigar científicamente el modo de cuidarlas y reducirlas.
El proceso de cicatrización de las heridas
Inmediatamente después de una lesión comienza un complejo proceso de cicatrización de la piel, con fases sucesivas que se solapan:
1) Fase inflamatoria
La hemorragia se detiene, y una reacción inflamatoria comienza a eliminar los restos celulares y los microbios y a proteger el organismo frente a agresiones externas. Durante esta fase, que dura entre uno y tres días, es aconsejable emplear un producto antiséptico.
2) Fase reparadora
En el tejido circundante a la lesión se produce colágeno para ayudar a reconstruir la piel y rellenar el vacío dejado por la herida. Durante esta fase, que dura entre 3 y 15 días, se recomienda usar una crema cicatrizante.
3) Fase remodeladora
Durante esta fase, el colágeno se reorganiza para fortalecer la piel en la zona de la lesión. Esta fase puede durar hasta dos años y determina el aspecto final de la cicatriz
Factores que provocan cicatrices más marcadas
El aspecto de la cicatriz final depende de diferentes factores. Entre los que contribuyen a que la cicatriz sea más visible figuran los siguientes:
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Infección e inflamación en las etapas iniciales de cicatrización
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Exposición intensa a la luz solar
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Roce con joyas o ropa
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Presión o estiramiento intensos, que pueden alterar la textura de la piel lesionada
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Deshidratación general
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Producción excesiva de colágeno
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Predisposición genética
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Cicatrices situadas en zonas naturalmente sujetas a tensión, como las articulaciones, la espalda, los lóbulos de las orejas, el cuello o el esternón